Un viaje siempre es una buena oportunidad para perderse; para dejar a un lado nuestra rutina, los lugares que solemos frecuentar, las personas que nos rodean, nuestro trabajo, incluso nuestras creencias, muchas veces limitantes. Perderse es una forma de encontrarse –a veces la única– y siempre que nos atrevamos a escucharnos y a sentirnos en un espacio sin coordenadas. La vida es una ruta pero no es una línea recta, sino que durante el viaje de la vida tienes muchas rutas posibles que debes de valorar, intentando decidir con el corazón, pero a menudo nuestras propias creencias y valores, las cuales en muchas ocasiones ni siquiera nos pertenecen y están basadas por la cultura que nos rodea, por la educación recibida o por nuestras familias, nos generan miedos que no nos permiten modificar la ruta y optamos por mantenernos en la conocida zona de confort.
Y sólo nos movemos cuando ya llegamos al límite, cuando nos encontramos estancados, saturados, agotados y frustrados. Por eso para mi viajar siempre ha sido la manera de conectar con mi esencia, lejos de mi propia realidad, y observar lo que tengo y lo que soy desde la distancia, para de forma objetiva valorar y sobretodo sentir, sentir que necesidades reales tengo, para poder definir mi propósito y escoger mi ruta. Viajar te permite redefinir tus valores, tu filosofía de vida, tu forma de hacer, sobretodo cuando viajas y descubres culturas muy diferentes a tu realidad, el propio choque cultural te permite comprobar que lo correcto, que el bien y el mal, tienen muchos significados posibles.
Yo soy una mujer muy sensible, he viajada bastante por Asia y solía irme llorando de algunos países, como me pasó en Indonesia o en la India, cuando descubres personas con recursos muy limitados pero con una alma llena de sabiduría, con mucho que dar y sin intención de recibir nada a cambio. Estas experiencias te hacen replantear todo aquello a lo que le has dado tanta importancia mientras no valorabas todo lo que tenías, y no solo hablo de lo material, que también es importante, ya que tienes la fortuna de vivir en un país seguro, con recursos, con sanidad, con posibilidades y lo más importante todas aquellas personas que forman parte de tu vida.
Así que viajar para perderse es interesante porqué te permite conectar de nuevo y valorar quien eres. Perderse en un sitio desconocido es la mejor forma de encontrar lugares escondidos, pequeños rincones llenos de magia y encanto por los que, si hubiéramos seguido nuestra ruta, no habríamos pasado. Pero la mejor forma de perderse en un viaje es con nosotros mismos: desconectando de la rutina, dejándonos llevar por el momento, creciendo personalmente y descubriendo detalles nuestros que no conocíamos.
De nuestros miedos nacen nuestros corajes y en nuestras dudas viven nuestras certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y los delirios otra razón. En los extravíos nos esperan hallazgos, porque es preciso perderse para volver a encontrarse Eduardo Galeano
Perderse, en muchas ocasiones, da miedo sobretodo cuando hablamos en términos de perderse emocionalmente, es decir, deshacer todas las capas que hemos creado, y sentirte en esencia, ya que te sientes vulnerables pero creo que es la única manera de encontrarse. Porque a veces hay que dejarlo todo, el pasado, las posesiones, las certezas. Hay que vaciar la mochila llena de piedras que pesan en nuestras espaldas para abrir espacio a otros tesoros. A veces hay que cerrar puertas para que se abran otras. Dejar relaciones que algún día tuvieron significado, pero que ahora se mueren sin remedio, decir adiós a trabajos que impiden la satisfacción, cerrar una etapa de la vida, permitir un tiempo de vacío y abrir la siguiente, hacer los duelos, afrontar las pérdidas, aceptar y continuar. Perderse es una aventura en sí, que nos permite ser un poquito más libres.
Así que el próximo capítulo de nuestro Curated by va de perderse y como a mi personalmete, el continente asiático siempre me ha permitido perderme y encontrarme a la vez, y por otro lado, en Be on route nuestro eje principal es la belleza, para este segundo capitulo de nuestro Curated by hemos escogido como país invitado Corea -un país que esconde una multitud de sorpresas- y el país lider mundial en belleza.